El jueves pasado, la noticia de la captura de Rafael Maureira Trujillo, alias "Sakarach", quien escapó de Chile tras ser sentenciado a 20 años de cárcel por abusar de menores de edad, llenó los portales, diarios y canales de TV. Por más de tres meses, este personaje se paseó por Chile, Bolivia y Paraguay, para llegar a Brasil, lugar desde donde se espera su expulsión.
El caso de "Sakarach" se ha caracterizado por ser altamente mediático, especialmente porque la red pederasta que lideraba (Paidós) fue desarticulada gracias a un reportaje del programa Contacto, de Canal 13 realizado en el 2002 (el reportaje acá) . Luego, cuando Maureira fue dejado en libertad provisional (hace un año), todos vimos por TV cómo la madre de dos de sus víctimas descargaba toda su rabia en contra de él; y nos enteramos por la prensa que quería la castración química.
Ahora, su detención en Florianópolis no ha estado exenta de cobertura, con enviados especiales y enlaces en directo. Y es así como nos encontramos con esta noticia:
La noticia nos dice que un periodista logró ponerse en contacto con el pedófilo -detenido e incomunicado en un cuartel de Florianópolis- y que éste le solicitó un abogado a cambio de contarle "toda la historia". La ética profesional nos indica que en asuntos de relevancia pública está totalmente prohibido pagarle a la fuente y en este caso es aún más delicado, puesto que el "pago" sería intervenir en el normal desarrollo de los acontecimientos. "Sakarach" debe cumplir condena en Chile por los delitos que se le imputaron y, creo, deberá dar explicaciones a la justicia por su fuga. No me parece necesario pagarle para obtener su versión de los hechos, sería totalmente injusto para sus víctimas, y esa información de todos modos se puede obtener sin entregar nada a cambio.
Si llegasen a acceder, sería un atentado más a la tan vapuleada ética periodística. Una lástima.