Al ser periodista, uno suele enfrentarse muchas veces con hechos que no dejan de sorprender. Pero si hay algo con lo que nunca pierdo la capacidad de asombro es con el amplio abanico que tienen las desviaciones humanas.
Nunca he logrado entender lo que existe (o no existe) en la mente de un pedófilo, por ejemplo. No me cabe en la cabeza cómo un hombre puede excitarse con el cuerpo de un niño o niña, incluso con una guagua (bebé). De todo corazón, espero nunca dejar de asombrarme con realidades de este tipo. Por ejemplo, cuando Las Últimas Noticias publicó una entrevista a Sacarach (sindicado como líder de una red de pedofilia conocida como Paidós), más que llamarme la atención el título: "Quiero la castración química", me asombró la frialdad con la que se refería a su desviación (hacer click en el link del título de la entrevista).
Bueno, mi capacidad de asombro no ha tenido descanso:
En esta nota, se nos cuenta que en Borneo y Tailandia, orangutanes hembras son "esclavas sexuales" de los trabajadores de las empresas madereras o de aceite de la zona selvática. Nos presentan a Pony, una simio de 12 años que se encontraba encadenada a una cama, completamente depilada e incluso tenía sus labios pintados.
¿Qué derecho tienen los humanos para tamaña aberración? A veces somos más animales que los mismos seres a los que tratamos como tal.
Nunca he logrado entender lo que existe (o no existe) en la mente de un pedófilo, por ejemplo. No me cabe en la cabeza cómo un hombre puede excitarse con el cuerpo de un niño o niña, incluso con una guagua (bebé). De todo corazón, espero nunca dejar de asombrarme con realidades de este tipo. Por ejemplo, cuando Las Últimas Noticias publicó una entrevista a Sacarach (sindicado como líder de una red de pedofilia conocida como Paidós), más que llamarme la atención el título: "Quiero la castración química", me asombró la frialdad con la que se refería a su desviación (hacer click en el link del título de la entrevista).
Bueno, mi capacidad de asombro no ha tenido descanso:
En esta nota, se nos cuenta que en Borneo y Tailandia, orangutanes hembras son "esclavas sexuales" de los trabajadores de las empresas madereras o de aceite de la zona selvática. Nos presentan a Pony, una simio de 12 años que se encontraba encadenada a una cama, completamente depilada e incluso tenía sus labios pintados.
¿Qué derecho tienen los humanos para tamaña aberración? A veces somos más animales que los mismos seres a los que tratamos como tal.
Fuentes: Las Últimas Noticias/Emol/26noticias.com.ar
1 comentario:
Qué mierda de personas, destruimos todo.
No quiero ni imaginarmelo. Me recuerda a lo que les hacian a unas mujeres. La guerrilla las violaba y luego cuando se iban les ponían piedras y palos en las vaginas y anos para que nadie más las violara o tomara o cualquier cosa. Las pobres tipas andaban con el utero colgando...
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